VatioLibre - Cinco años después: lo que aún nos enseña el histórico viaje eléctrico Bogotá–La Guajira–Bogotá

En febrero de 2020, cuando hablar de vehículos eléctricos en Colombia aún sonaba a futuro lejano, un BYD e5 logró algo que muchos consideraban imposible: recorrer Bogotá – La Guajira – Bogotá sin más infraestructura que un par de cargadores rápidos y mucha creatividad. Cinco años después, con un mercado eléctrico consolidado, Tesla operando oficialmente en el país y el estándar CCS2 establecido, ese viaje sigue siendo una referencia obligada para entender la evolución —y los pendientes— de la movilidad eléctrica en Colombia.

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Así fue aquel viaje pionero

En medio de una infraestructura casi inexistente, viajé en un BYD e5 durante 2.670 km junto mi esposa, hijas y mascotas, en un recorrido que combinó:

• Cargadores públicos escasos (solo dos rápidos en la Ruta del Sol en 2020).
• Un cargador portátil trifásico, que permitió recargar en hoteles y casas con tomas industriales improvisadas.
• Planificación minuciosa
• Buenas prácticas de conducción eficiente para maximizar autonomía.

En ese momento, viajar en un eléctrico era una aventura que exigía ingenio, paciencia y una buena dosis de valentía. Y aun así, con las herramientas adecuadas, funcionó.

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2025: Un país distinto, pero con los mismos retos

Cinco años pueden cambiarlo todo… y en el caso de la movilidad eléctrica colombiana, así fue:

✔ Tesla llegó oficialmente al país

La llegada de Tesla en 2025 se espera que marque un antes y un después al introducir:

• Mayor disponibilidad de modelos con mayor autonomía.
• infraestructura de carga rápida.
• Precios que generen mayor competencia y mayor oferta de vehículos electricos.

✔ Más marcas, más modelos, más autonomía

No solo Tesla: BYD, Kia, Hyundai, BMW, Renault y muchas otras ampliaron su portafolio eléctrico. Hoy es común encontrar vehículos superando los 400–600 km de autonomía WLTP, lo que ha democratizado los viajes largos.

✔ El conector CCS2 se consolidó como el estándar mínimo

Colombia adoptó oficialmente CCS2, lo que esperamos reduzca la fragmentación de cargadores. Se espera que la mayoría de marcas vendan autos compatibles con CSS2 y nuevas estaciones se construyen con ese formato.

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Pero… la infraestructura sigue siendo el gran pendiente

A pesar de los avances, los retos persisten:

• La red de carga crece, pero no al ritmo de la demanda.
• El país aún tiene grandes vacíos en corredores clave como la Costa Caribe, los Llanos y el sur del país.
• Muchas estaciones tienen un solo cargador, lo que genera congestión.
• La instalación de puntos de carga en hoteles y restaurantes sigue avanzando lento.

Justamente por eso, el viaje del BYD e5 no se siente tan lejano: muchas de las técnicas usadas entonces siguen siendo relevantes hoy para quienes quieren recorrer trayectos largos fuera de las grandes ciudades.

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Lo que aún podemos aprender del viaje del BYD e5

Las condiciones y los carros han cambiado, pero los principios siguen siendo los mismos:

1. Planear es clave

Electromaps, PlugShare y los mapas hoy facilitan la tarea, pero la planeación sigue siendo fundamental para rutas con pocos cargadores.

2. Los cargadores portátiles siguen siendo un salvavidas

Aunque hoy CCS2 domina, muchos viajeros aún llevan cargadores portátiles de 7 kW o 11 kW para hoteles y fincas. En zonas remotas, sigue siendo la diferencia entre avanzar o quedarse varado.

3. Conducir suave sigue extendiendo la autonomía

Velocidades moderadas, regeneración alta, evitar aceleraciones fuertes y usar el aire acondicionado de forma eficiente son prácticas que siguen vigentes.

4. La comunidad es parte del camino

Hoteles, restaurantes y particulares siguen siendo aliados esenciales para viajes largos. En 2020 eran pioneros; hoy, son parte de la red informal que complementa la infraestructura formal.

5. La movilidad eléctrica depende más de la actitud que del carro

Lo que demostró aquel viaje —y lo que aún demuestra— es que la verdadera clave está en la disposición del conductor a adaptarse y planear.

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Un recuerdo que no pierde vigencia

El viaje de 2020 no solo abrió camino: inspiró a cientos de usuarios a explorar Colombia en carro eléctrico, mucho antes de que Tesla o BYD se convirtieran en protagonistas del mercado.

Hoy, en 2025, es fácil mirar atrás y ver cuán precaria era la red de carga. Pero también es fácil ver cuánto hemos avanzado. Y, sobre todo, cuánta vigencia mantienen esos aprendizajes: la movilidad eléctrica sigue dependiendo de planificación, responsabilidad y colaboración.

La infraestructura crecerá. Los autos serán más capaces. Pero las buenas prácticas que permitieron aquel viaje —conducción eficiente, planificación y creatividad— seguirán siendo esenciales para que Colombia complete su transición eléctrica.